Sin oir a Gabriel

La semana pasada fui al estreno de "Escuchando a Gabriel", ópera prima de José Enrique March.

Me hubiese gustado ver a Silvia Abascal pero no estaba. Por el contrario sí que presentaron la película los actores Antonio Dechent, Javier Ríos, su director y el guionista y compositor de la banda sonora Maxi Valero.

La película en general me gustó, incluso llegó a conmoverme. Evidentemente no es una película redonda porque a veces es algo repetitiva pero se nota que está hecha con ganas y el mensaje llega. Es un pequeño cuento con mucha simbología.

Antonio Dechent está bien haga lo que haga y Silvia Abascal está creíble como violinista. La cámara la quiere y se nota con todos los planos largos que muestran su cara.

Lo peor está por llegar y que conste que me sabe mal desperdiciar algo de tiempo en hablar sobre toda la gente maleducada que acude al cine sólo porque es gratis. Durante la película sonaron al menos como 20 politonos distintos. La gente hablaba sin parar y se reía en las escenas dramáticas. Y luego cuando acaba la película, se encienden las luces, el director se levanta y todos empiezan a aplaudir. Toda esta gente debería de estar en un zoo, pero dentro de las jaulas, desparasitándose y comiendo cacahuetes...

La presentación se hace en uno de los cines más antiguos de Alicante, el Cine Navas, ahora utilizado como filmoteca. Y tanto que presumen los de la Ciudad de la Luz de que se hacen películas con dinero valenciano ya podrían tirarse al rollo y preparar un cine en condiciones. El proyector del Navas parece que no lo han limpiado desde hace años por lo que las imágenes muchas veces se ven borrosas o descoloridas. En mitad de la película se fue el sonido al menos 30 segundos, el tiempo suficiente para ponerse tenso y ya no relajarse en toda la película...

Yo apoyo a los cines de siempre, de hecho el otro día volví a la filmoteca del Navas para ver una peli en VOS pero lo que no comparto es que las cosas se hagan a lo cutre.

En fin, tengo más películas que comentar pero mi perrito me está dando con el morro en la pierna. Es hora del paseo...