La imaginación es más importante que el conocimiento

"El buen gusto, qué cosa tan terrible. Es el enemigo de la creatividad"
Pablo Picasso

"Cuando oigo la palabra cultura echo mano de la pistola"
Mariscal Hermann Göring

Con estas dos frases comienza la película de animación de Bill Plympton "Me casé con un extraño" (I married a strange person, 1997). Esto ya nos da una pista de que vamos a ver una película crítica con estos temas. Pero no es una crítica sutil, todo lo contrario. En 70 minutos, Bill Plympton nos habla del matrimonio, del militarismo, del poder de las grandes compañías, de la telebasura y de que sin la imaginación no se llega a ninguna parte. Todo esto contado al más puro estilo de las películas de Serie B (el título recuerda a la película de 1958, I married a monster from outer space) con un humor ácido, violento y casi gore. Y con unas metáforas surrealistas y brutales, como por ejemplo en la escena en la que aparece un cómico en la televisión contando chistes con los que nadie se ríe. Y entonces el cómico comienza a hacer malabares con sus órganos y todo el público le vitorea. Leído así parece una escena sangrienta, ¿pero acaso no es lo que pasa todos los días en nuestras cadenas de televisión cuando el público aplaude a ciertos personajes cuando estos cuentan sus intimidades sin ningún pudor?

Puede que esta película no le guste a todo el mundo. Yo me reí bastante, incluso me sentí identificada con el personaje principal. No sé por qué será...